domingo, 25 de abril de 2010

Tareas domésticas (La rana que quería ser una rana auténtica - Augusto Monterroso)

lápices de niñitaLas manchas de la alfombra, la suciedad pegada en la cocina, la tierra bajo los sofás, son parte de la interminable lista de tareas de Irma. Esas en las que se maneja con profesionalismo, que la hacen gozar, a través de las cuales demuestra amor (como diría una alumna aplicada de alguna doctrina sectaria). Pero no siempre ha sido así. Es cierto que algunas tareas se le hicieron simples desde el principio, y otras no tanto.

Luego de varios dolores de espalda descubrió que no había un producto para limpiar el piso y lograr ese brillo perfecto que prometía el envase. Experimentó, hasta que llegó a la no poco laboriosa misión de 4 pasos: barrido, aspirado, lavado y, secado con tela seca.

El guiso de perejil también le había salido complicado. Años de probadas desabridas y fuertes tuvo que resistir para llegar a la receta perfecta, la favorita de la familia.

Irma era casi una súper mujer dentro de la casa.

Casi, porque su piedra en el zapato era el lavado de ropa. Todos los días alguien se quejaba, como en las series norteamericanas, de su camiseta blanca ahora rosada, de su camisa celeste, ahora lila, de sus jeans claros, ahora rosados, y los calzoncillos... Obviamente todos rosaditos. La querían mucho, y las quejas le llegaban de manera respetuosa casi siempre, a no ser que alguien amaneciera de mal humor, como es normal en la mayoría de las casas. Estaban acostumbrados, y ya no era motivo de pelea, pero sí de mucha frustración para Irma, que veía truncada su realización.

Como en los cuentos felices, un día Irma ideó un plan, cambió detergente, separó ropa, eliminó fibras, mejoró la temperatura del agua, y por fin dominó esta labor rebelde. Era realmente muy difícil de creer, cómo estaba contenta esta gente, lloraban y reían, y abrazaban al doctor que sentenció: "Señor, niños: la mamá espera una mujercita".

5 comentarios:

M dijo...

Maco... tu cuento, es que el que más me ha gustado de todo lo que has escrito! Siento que lo que escribiste acá está, es mi opinión muy personal, muy por encima de los primeros relatos.

Maco, me gustó tanto tu relato que no sé que comentar! es como si cualquier cosa que dijera, no le hiciera mérito. Felicitaciones por este SUPER avance (a mis ojos neofilos), muy muy muy bien! :D

Caro Poblete dijo...

Maco: Tuve la misma sensacion que con el cuento original, en cuanto a la forma de escribir, y al ritmo. Me gusto tambien lo de la ropa que cambia de color, pero me perdi o quede extrañada con el final, seria mama?.
Tambien me parecio un cuento bieno machista, en el sentido que solo las mujeres somos quienes "se supone" hacen esas tareas, y es algo que en casa siempre criticamos de los comerciales; que nunca veras un comercial de detergente con un hombre lavando la ropa a su hijo. No es una critica, sino una observacion de que a veces nos quedamos en viejos paradigmas, independiente de que nos encante (o no) hacer cosas de casa, cocinar, lavar, etc. y que en la realidad ademas de mamas, o esposas, trabajamos en puestos mas o menos impirtantes, escribismo libros, vamos a la luna y tantas cosas mas que son parte del mundo femenino.
Tu forma de escribir me gusta y siento que hay talento.
Un abrazo.
Blue.

María José dijo...

Les agradezco a ambas!!! me puse súper contenta con sus comentarios.

Maca, viniendo de ti... es como haberse sacado buena nota jaja... Aunque Tito capaz que me ponga un rojo, qué incertidumbre.


Blue, comparto 100% tu opinión. No pongo en duda que las mujeres podemos hacer todo lo que nos propongamos, tal como en los ejemplos que me comentas.

Mi idea con el cuento fue que la protagonista tuviera un rol ambiguo entre la nana de la familia, y la madre de la familia, y que al final se descubre que es la madre (que sí, va a ser madre de una niña).

No me gusta cuando se reconoce a las mujeres SOLAMENTE porque son empresarias, o porque llegan a la luna, o porque hacen X actividad más común a los hombres. Para mi, una mujer que se dedica a las labores de la casa, es igual de admirable que la que va a la luna, no crees?
Me molesta que no se valore este trabajo doméstico, y que no se lo vea como igual de importante.
No era mi intención escribir un cuento machista, si no uno en que se vea ese trabajo como algo positivo, y no como un lastre que la mujer tiene que cargar.

Gracias Blue, creo que este tipo de comentarios enriquecen el taller.

Kate dijo...

Hola!! Llego tarde a comentar!!

Este cuento me pareció bueno, aunque también me tuve que devolver a leer bien qué era lo que querías decir.. si era la chica que ayudaba o la mamá :S

Y sobre lo de las etiqueta con las mujeres, pues, en estos días he pensado mucho en eso, pero creo que hay mujeres que no nacen (o no las crían) con paciencia para atender las labores de un hogar (que son muchas y muy difíciles) pero no por eso unas son mejores que las otras, o unas están "etiquetadas", creo que es una elección personal.

En fin, me gustó el cuentecito y aunque en la última parte uno se pierde un poquito, ese misterio también es bueno!!

Saludos!

Tito Manfred dijo...

sin que por ello esté necesariamente bien o mal, considero que éste es el cuento en que se hizo una interpretación más libre de lo que se pedía en la tarea. de hecho, me parece una decisión más bien positiva. no obstante, el problema que yo veo acá es que no existe un vínculo o diálogo entre tu texto y el que elegiste como modelo, salvo el tono didáctico al que ambos recurren.
la redacción es correcta, al igual que la estructura, más allá de su carácter excesivamente tradicional. (respecto a esto última, uno de mis objetivos es lograr que tú y las demás chicas se desliguen de las estructuras tradicionales y comiencen a experimentar con las infinitas formas que pueden darle al texto narrativo. pero eso lo veremos más adelante.) por otra parte, estimo que replicaste bien el estilo de Monterroso, pero quizá le faltó un poco más del humor que caracteriza a éste.
lo que definitivamente no me gustó -y no lo digo como profe sino como persona, ya que este asunto escapa de lo netamente literario- fue el contenido del relato, su ideología. como feminista que soy, no me agradó tu exaltación del trabajo de dueña de casa; lo hallé machista y conservador. una mujer tiene el legítimo derecho a elegir una vida dedicada al hogar, pero esa elección es automutilante, pues una mujer es mucho más que esposa y madre; una mujer es ante todo persona; una mujer es mujer, y eso es algo grandioso, superior.
en fin, sin más añadir, me despido. saludos a ti, .M.A.C.O., y a las demás chicas del taller. ah, y discúlpenme por el retraso en las correcciones; he estado algo complicado estos últimos días.