Samir era un niño grande... o eso es lo que todos creían. Toda su vida había vivido en una comunidad conservadora y muy tradicional, sin embargo, las miles de imposiciones que su entorno le imponían no lograban mitigar ese espíritu rebelde que quería cabalgar libre, lejos de todo aquel encierro en el que vive.
A Samir le gustaba hablar con la gente, conocer su modo de vida, sus creencias, sus costumbres, sus peculiaridades, su familia creía que está bien siempre y cuando no perdiera su pureza y su castidad.
El no entendía el porqué de tantas restricciones: había restricciones para la vestimenta, para la comida, para las relaciones sociales, para la risa... para el amor. Sí, Samir soñaba algún día encontrar a alguien a quien amar, no alguien que sus padres le obliguen a amar, y aunque en la comunidad donde vivía esto sería motivo suficiente para ser exiliado a él no le interesaba, era joven y no le daba miedo el trabajo pesado, sabía que iba a estar bien.
Conoció a Luna en una reunión de trabajo, era una chica bastante diferente, no le importaba el que dirán ni las imposiciones sociales, era inteligente, bonita e independiente: hechizó a Samir desde el primer momento. Samir soñaba con ella, su corazón se aceleraba cuando oía su voz, temblaba al verla, suspiraba con solo recordar su nombre. Siempre la miraba en la cafetería cuando ella se acercaba a pedir su café matinal, veía la mirada de sus otros colegas que seguramente pensaban lo mismo que él: esa chica no era nada tradicional, y presentaba un reto. Samir un día decidió tomar cartas en el asunto antes que alguien se le adelantara y le habló.
- Hola, que presentación tan buena la tuya, no sabía que los niveles de ventas habían dado ese vuelco tan terrible, sin embargo lo manejaste muy bien.
- Hola, gracias, vaya, que alegría que alguien lo reconozca ¿cómo te llamas?
- Soy Samir
- Yo soy Luna, ¿quieres tomarte un café conmigo y conversamos más?
- Claro…
El corazón de Samir latió acelerado toda la velada, y al final lo único que podía recordar era sus hermosos ojos y su dulce voz. Esa tarde fue mágica y Samir caminó en nubes de alegría.
La relación se fue consolidando a medida que pasaba el tiempo, de un colegaje amistoso pasó a una amistad más profunda y a una química chispeante. Luna sabía que Samir la encontraba atractiva y poco a poco ella empezó a encontrarlo dulce, a admirar su batalla interna con la rigidez de la comunidad donde él vivía, a verlo atractivo.
Su relación fue un remolino de emociones encontradas, dulzura, deseo, ganas de salir adelante, amistad, complicidad… era lo que ambos sentían cuando estaban juntos. Luna era una mujer vibrante, llena de misterios y de retos. Cada vez que estaban juntos Samir descubría aspectos de la humanidad que pensó eran imposibles o sólo cuentos de hadas. Samir creció con Luna, llegó hasta el cielo y empezó a pensar que quizás estaba en el camino a la libertad que tanto añoraba.
Samir no podía ser más dichoso, pero aún quedaba el pequeño problema que era una relación secreta. Samir no era capaz de decirles a sus padres que había encontrado a la chica de sus sueños, pero que no era alguien de su comunidad, que no era la chica sumisa y tranquila que sus padres querían como nuera. Era una mujer independiente, segura de sí misma, que nunca se sometería a la voluntad de un hombre o a los trabajos de un hogar. Samir se sentía locamente atraído por Luna, y sabía que ella sentía lo mismo por él… ¿será mejor escaparme? ¿dejar todo atrás y partir? Luna lo aceptará sin problemas, ella me quiere... ¿no?... es verdad que de tanto en tanto me reprocha mi falta de carácter en cuanto a nuestra relación, y si consiente en esconderla es por el bien del trabajo de ambos, pero ¿sería diferente si trabajáramos en distintos lugares?... al fin de cuentas ella es una chica independiente y conoce mucho más del mundo que yo… la verdad es que me asusta, ¿qué le puedo ofrecer yo? gano menos que ella, no soy tan abierto como ella, quiero casarme y tener una vida tranquila, ella quiere mucho más que eso… además, ¿qué va a pasar si nos casamos? Yo quiero llegar del trabajo y que mi esposa me espere con la casa limpia, una rica cena y la mejor de las sonrisas, Luna no sabe cocinar, le aterra quedarse en la casa y siempre quiere explorar y conocer el mundo, Luna no me necesita, soy sólo su compañero ¿qué tal que tenga más compañeros y yo no sepa?... ¿será que mis padres tienen razón? Si les presento a Luna no la van a querer, y me voy a meter en problemas, además mi madre ya me tiene unas cuantas candidatas para esposa, chicas tradicionales, pero Luna me gusta mucho… con ella tendría la posibilidad de salir de aquí, claro que eso significaría perder todo lo que conozco... ¿y que tal que un día, estando lejos de aquí ella conozca a alguien mejor y se vaya?... no tendré a donde regresar... perderlo todo por un sueño de juventud...
Samir se casó con Nadita, una mujer que sus padres eligieron como esposa y no se puede quejar, Nadita es una esposa cariñosa y tradicional, se hace cargo de la casa, atiende a los niños, le espera con la cena caliente y cumple sus deberes maritales sin chistar. Nadita es la esposa perfecta para Samir porque ella depende de él, lo hace sentir importante y necesitado, él es su héroe y ella por siempre lo adorará. El sabe que ha sido el único hombre en la vida de Nadita y eso lo hace sentirse superior, intocable.
Sin embargo, en las noches de insomnio, escuchando la tranquila respiración de su esposa a su lado, Samir piensa en Luna y se pregunta...
4 comentarios:
Creo que el cuento debería haber comenzado en "Conocío a Luna en una reunión..." Lo anterior está demás porque con el resto del relato se entiende la vida de Samir y sus restricciones culturales. Así ganaría mucho el cuento, porque (para mi gusto) es mejor decir cosas entre líneas y que el lector las vaya comprendiendo a medida que lee, que darle todo en bandeja.
Pobre Samir.
Oh Kate, aplaudo de pie tu relato! Me parece que has descrito muy bien una situación tan cotidiana en ciertos lugares, en ciertas culturas… Una situación que no siempre nos es fácil entender, que ni siquiera queremos o nos interesa entender! El relato es ágil, entretenido, atrapante y me deja con tristeza que Samir no se la haya jugado por Luna, que haya seguido la ley de su familia, de su sociedad, y que es lo que al final muchos de nosotros hacemos, seguir lo que conocemos y no arriesgarnos a lo desconocido. El final me gustó mucho, es precisamente lo que me pasa a mí y me imagino que al resto, eso de preguntarse ”que habría pasado sí…” pero el ”sí” ya no existe, el ”si” ya fue y no se puede volver el tiempo atrás… Me gustó, repito, mucho tu relato, porque no solo es un perfecto ejemplo, a mi entender, de esta tarea, sino también porque me parece una buena descripción sico-sociológica de tus personajes. Muy bien!!!
Me pasó con tu relato que iba redondito, Samir conoce a Luna, se inicia esta historia que promete ser hermosa y verdadera, hasta que literariamente el ritmo cambia, en medio de Samir en un monologo un poco largo para el relato. Siento que la historia queda como un dato, en medio de los pensamientos de un hombre machista, cobarde, egoísta y no piensa en que ella pueda amarlo de verdad. Es un prototipo de hombre bastante básico, que finalmente tiene lo que se merece, una vida sin trascendencia. Desde ese punto de vista, este cuento sigue el objetivo de la tarea, ve una luz de libertad y evolución en un amor real, pero opta finalmente por la tradición, que en este caso es un estancamiento donde el hombre no será feliz, salvo en apariencias. Me gustò mucho, solo habría reescrito los diálogos internos de manera que confluyeran dentro de la historia sin que parecieran relatos paralelos. Un abrazo!!!
Me gusta tu relato, de hecho, yo tenía hace unos anios un cuento parecido, sólo que la protagonista era una ninia de 14 anios, bueno, eso aparte :P ... No creo que el monólogo haya sido demasiado largo, sino que fue muy efectivo... lograste mostrar la evolución del personaje de la ley al deseo y del deseo a la ley cuando de a poco va cambiando su pensamiento y actitud con Luna (empieza segurisimo de que la quiere y luego duda de que ese sentimiento sea duradero) eso me gustó porque el personaje tiene claramente una evolución en su forma de sentir. Eso sí... para mí no es lo mismo un final abierto que un final inconcluso. Me dio la impresión de que el texto no tuvo conclución (TODOS los textos DEBEN por obligación tener conclución para ser textos) una sugerencia sería que en vez de haber escrito: "Samir piensa en Luna y se pregunta..." (final inconcluso) sería escribir: "Samir piensa en Luna y se pregunta muchas cosas" (final abierto) ya que al no dar detalles de qué es lo que piensa el personaje, todo queda a la imaginación del lector. Podrías haberlo terminado de otra forma también, por supuesto, pero lo importante es cerrar el texto, con palabras y tú decidirás cuánta información pones en esas palabras, pero la conclución es importantísima en cualquier tipo de texto (o sino, deja de serlo).
Eso, muy buen trabajo, me pareció que agarraste el concepto de ley y deseo bastante bien, creo que uno de los mejores trabajos en cuanto a seguir las instrucciones de la tarea. Te felicito.
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