Se ha hablado de todo tipo de fantasmas, los que habitan en las casas, los que habitan en los lugares baldíos, los que se pegan a los seres humanos y le roban las energías (creo que les llaman vampiros), en fin, si hablamos del reino sobrenatural, las manifestaciones demoníacas son muchas.
Sin embargo, la historia que me pasó hace poco supera todas las expectativas. Si mal no tenía entendido, un ente sobrenatural se encuentra más que todo en lugares viejos, decrépitos y con mucha historia de actividad paranormal. No en vano las historias que nos asustaban de pequeños tenían lugar en casas antiguas, en terrenos extraños, en noches oscuras de tormentas. Por eso al principio no pensé que a mí me estuviera pasando algo sobrenatural, pero este ente que me persiguió estaba en mi computador
Sí, así como lo escuchan. Yo pensé que era algún virus de computadora, de esos que te vuelven la vida cuadritos. Pero llegó un punto en el que lo que hacía era demasiado extraño para un virus, y cuando pasó al plano real, mi imprudencia casi me mata.
Mejor empiezo por el principio. A mí me gustaba mucho andar visitando esas páginas que contaban historias de terror y que hablaban de brujería, satanismo, demonios, y otras cosas paranormales. Mi hobbie era quedarme hasta tarde leyendo, viendo videos y escuchando esas grabaciones que llaman psicofonías. Era completamente adicta a dichos sitios y mi imaginación volaba con ellos.
Ya mi abuela me lo había advertido, que me dejara de esas cosas, que lo que estaba haciendo era abrir una puerta para que los del reino de los indeseables entraran, y que esa limpieza era muy difícil. Yo me ría de ella: - Ay abuela, estamos hablando de tecnología, de cosas que usted no entiende. Antes si se podía temer porque los muertos quedaban atrapados en lugares físicos y la gente iba a molestarlos, pero aquí lo que estoy viendo es como una especie de biblioteca virtual, no hay ningún peligro – Y yo seguía terca, adicta a esta información.
Una tarde que llegué temprano del colegio, que estaba sola en la casa, me fui derecho a mi computador a seguir mi investigación paranormal. Había encontrado una página en la cual se encontraban varias psicofonías grabadas en casas embrujadas, en cementerios y hasta una en la habitación de un bebe. Estaba concentrada escuchando cuando mi mirada se posó sobre uno de los links de esa página, que decía “psicofonía de limpieza virtual”, inmediatamente di clic sobre ella. Al instante me salió una ventana con un aviso: “Usted entra a este sitio bajo su propia cuenta y riesgo, si usted es una persona sensible le recomendamos salir inmediatamente”.
Me reí de la ingenuidad de quienes advertían, ¿qué peligro podía haber en escuchar una psicofonía? Sin embargo, la prohibición hizo que mi curiosidad se disparara, y haciendo caso omiso entré. Al principio no pasó nada, luego me pidió confirmación para bajar un archivo que guardé en mi disco para poder borrarlo después. Era una grabación y con mucha expectativa le di play. Escuché un pequeño rasguño, una respiración y una voz que decía… hola… todo en menos de veinte segundos.
Me sentí decepcionada porque esperaba más de semejante introducción, sin embargo sabía que había gente payasa en Internet que trataba de hacerle dar susto a los otros, pero lo que hacían era que uno perdiera el tiempo.
Cerré dicha página y me concentré en hacer mis tareas. Debía empezar a escribir sobre los hechos de la segunda guerra mundial, pero no me lograba concentrar. Aún tenía rabia por haberme ilusionado tontamente. Empecé a escribir cuando empecé a notar que mi Mouse se movía, no el ratón sino el puntero. Pensé que había dejado mal puesto y lo moví. Volvió a la normalidad. Luego empezó a titilar mi pantalla, como si quisiera apagarse. La golpeé un poco y se arregló. Al rato el computador se apagó, intenté con ctrl + alt + supr cuando la pantalla se puso verde, y lentamente una figura fue tomando forma en la pantalla. Repentinamente la figura se transformó en una cara, parecía una máscara, con los ojos cerrados. Yo estaba paralizada, no me podía mover, no podía ni reaccionar. Esa cara me tenía hipnotizada. Repentinamente, la cara empezó a abrir los ojos, y en ese momento recuperé fuerzas y salí corriendo de mi cuarto. En el pasillo me encontré con mí a abuela que había acabado de entrar. Sintiendo mi agitación me preguntó qué había pasado. Casi sin voz le dije que había algo raro en mi computadora. Entramos juntas y yo casi con los ojos cerrados, sin embargo, mi computador estaba encendido como de costumbre con mi tarea abierta.
Mi abuela me regañó porque seguro me había quedado dormida y había tenido una pesadilla. Me regañó otra vez por estar viendo páginas de fantasmas y me advirtió que el reino sobrenatural no respeta tecnologías ni fronteras: “Todos somos energía, y tu preciosa tecnología una mucha energía, seguro estas abriéndole la puerta a algo que no quieres tener aquí”.
Me quedé pensando en lo que me dijo mi abuela, sin embargo, me sentí tonta. Revisé la computadora pero no encontré nada extraño. Apagué y me fui a dormir. La tarea la terminaría después.
Me dormí inmediatamente, sin embargo, ya avanzada la noche sentí un rasguño cerca de la cabecera de mi cama. No quise abrir los ojos, porque pensé que seguro iba a pasar, cuando al momento siguiente, escuché una leve respiración. Pensé que era mi imaginación que me estaba jugando una mala pasada, sin embargo me quedé absolutamente quieta. Era verdad, sentía una presencia al lado de mi cama, alguien estaba rasguñando la cabecera de la cama y respiraba lentamente. Traté de no moverme, de no dar a entender que estaba plenamente consciente, pero la entidad presintió mi cambio, y sentí que alguien o algo se sentó en mi cama. Con los ojos aún cerrados me levanté, me enredé en las cobijas y caí al piso. Comencé a gritar cuando sentí que un par de manos me agarraba la espalda y me volteaban. Abrí los ojos y de golpe vi a mi abuela con cara de preocupación. Estaba bastante asustada y me preguntaba qué me pasaba. Sólo pude abrazarla y entre llantos le conté lo que me había pasado. Ella me dijo que me había escuchado hablar, y al abrir la puerta estaba en el piso gritando. Esa noche me pasé al cuarto de ella porque no quería volver al mío.
Al día siguiente me sentí tonta, y pensé que me había dejado llevar demasiado por mi imaginación. Sin embargo evité mi habitación por un buen rato. En la tarde ya no encontraba nada que hacer y decidí volver a mi computadora. Prendí y entré a internet, de repente me saltó un vínculo que decía "Detalles de limpieza", y aparecía mi cara. Me asusté, pero la curiosidad pudo más. Hice clic en vínculo y abrió un video. Era mi cuarto, la noche pasada, visto desde arriba, como si una cámara colgara del techo, allí estaba yo dormida, y había alguien a mi lado, que me observaba. De repente yo me levantaba y salía corriendo y el ente me perseguía, yo me tropezaba y luego caía y ya el ente se desaparecía. En ese momento aparecía mi abuela y me agarraba. Muy asustada bajé corriendo a decirle a mi abuela que viera el video, pero cuando llegamos a la computadora, ya el link redirigía a una página no encontrada.
Mi abuela ya estaba preocupada, me decía que dejara de entrar a esas páginas porque me estaba buscando un peligro serio. Por ese día le hice caso, pero tenía miedo que en la noche me fuera a pasar algo parecido. Así que decidí irme a dormir con mi abuela.
A media noche desperté de repente, un ruido… venía de mi habitación. Mi abuela dormía profundamente así que no la quise despertar, pero con el corazón en la mano me dirigí a mi cuarto. Abrí la puerta, y vi que mi computadora estaba encendida. Me acerqué a ver qué me quería mostrar y vi en la pantalla otra cara, diferente a la que había visto hacía dos noches. Esta me miraba fijamente, y aunque por mi garganta subía un grito, mis labios no lo dejaron salir. Me acerqué firmemente a la pantalla y confronté a lo que fuera que me estaba mirando. Sin embargo, mientras me acercaba iba notando algo extrañamente familiar en esa mirada. Me recordaba a alguien, sólo que no lo lograba ubicar. Me acerqué aún más, y estiré la mano para apagar la pantalla cuando sentí un calambre por todo mi cuerpo y perdí la consciencia.
Al rato desperté en mi cama, y no me podía levantar. Abrí los ojos y vi la misma persona que me miraba desde la pantalla, pero esta vez frente a mi cama. Intenté moverme pero no pude, intenté gritar pero tampoco logré pronunciar sonido. El ente empezó a rondar mi cama y yo sólo atinaba a mirarlo. A pesar que tenía miedo, sólo lograba preguntarme quién era y qué quería. Su cara me era muy familiar, esos ojos grandes y grises, cómo los míos. La forma de la nariz, la curvatura de la boca. ¿Sería posible? Inmediatamente, como si el ente supiera lo que yo estaba pensando, me dirigió la mirada y se empezó a acercar a mí. Mi corazón empezó a latir muy rápido y en un momento dado, alcancé a levantarme de la cama y corrí hacia la habitación de mi abuela. Ella no estaba en su habitación, pero antes de salir divisé que bajo de su cama había un computador portátil, uno que nunca antes había visto. La curiosidad se apoderó de mí y tomé el computador en mis manos, estaba encendido y tenía un archivo conocido, aquella psicofonía que había escuchado días atrás. Vi que tenía varios videos también, de aquella figura que rodeaba mi cama mientras bailaba de una forma extraña, como describiendo un ritual, como si luchara con el aire. Casi todos los videos tenían el mismo contenido, y en ellos yo estaba profundamente dormida.
Repentinamente caí en cuenta, la segunda cara que había visto era la de mi abuela, pero mucho más rejuvenecida. Me dirigí otra vez a mi cuarto y allá la encontré, tenía los ojos grises muy abiertos, y luchaba con el aire. O eso me pareció. Lentamente otra figura fue tomando forma dentro de mi cuarto, la máscara que había visto en mi computadora la primera noche. Esos ojos que me miraron con tanta profundidad. Mi abuela seguía en su lucha y yo paralizada no sabía qué hacer. Lentamente todo se fue poniendo negro y perdí otra vez la consciencia.
Ya sé que no vuelvo a meterme en esas páginas paranormales, ya mi abuela me lo había advertido. Ella me había dicho que esa limpieza era difícil, todas las noches ella debía limpiar y sacar a todos los entes que yo dejaba entrar. Y lo peor es que nunca se sabe cuándo puede quedar uno por ahí en algún archivo, en alguna carpeta oculta…